El enfoque de Melyssa Chang sobre la alimentación equilibrada.

Los cuatro hábitos alimenticios que se deben llevar a cabo según los expertos

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En España, se ha comprobado que recurrir a dietas estrictas para perder peso no solo es poco efectivo, sino también insostenible a largo plazo. Según diversos estudios, más del 90% de las personas que siguen este tipo de dietas acaban recuperando el peso perdido, e incluso ganando más. Por ello, la tendencia actual se centra en implementar hábitos saludables y realistas que se puedan mantener en el tiempo. Este enfoque promueve un estilo de vida equilibrado, como explica la nutricionista Melyssa Chang en su cuenta de Instagram, @melyssachang_nutricion.

Chang enfatiza que no hay soluciones universales, ya que cada persona es única por su genética, metabolismo, complexión y circunstancias de vida. En este contexto, comparte cuatro recomendaciones clave para lograr una alimentación saludable y sostenible.

1. Personalización de los hábitos alimenticios

Uno de los pilares más importantes, según Melyssa Chang, es la personalización. No todos los cuerpos reaccionan igual ante los mismos alimentos o rutinas. Lo que puede ser beneficioso para una persona puede no serlo para otra, lo que hace imprescindible contar con la orientación de un nutricionista que ayude a identificar las necesidades específicas de cada individuo.

Chang explica que la educación alimentaria es fundamental: “Comemos varias veces al día, pero nadie nos enseña cómo hacerlo de forma equilibrada. Es importante saber qué comer, cuándo y en qué cantidades para alcanzar nuestros objetivos y mejorar nuestra salud”.

Buscar el apoyo de un experto al principio del cambio de hábitos es esencial para establecer bases sólidas. Esto permitirá desarrollar un plan adaptado a nuestras necesidades y circunstancias únicas, optimizando resultados y promoviendo un bienestar duradero.

2. Escuchar las señales de tu cuerpo

La nutricionista también recalca la importancia de prestar atención a las señales internas del cuerpo. En sus publicaciones, Chang afirma: “Tu cuerpo es sabio, y debes aprender a reconocer tus verdaderas señales de hambre. Solo así podrás consumir lo que realmente necesitas y evitar excesos”.

Cada individuo tiene un metabolismo, genética, sistema hormonal y microbiota únicos. Compararse con los demás es un error, ya que estas diferencias hacen que nuestras necesidades energéticas sean completamente personales. Según Chang, entender esto es clave para diseñar un plan alimenticio adecuado.

3. Ejercicio físico: combustible, no moneda de cambio

El ejercicio es fundamental para mantener una buena salud, pero Melyssa Chang subraya que no debe ser utilizado como una "excusa" para justificar lo que comemos. “El ejercicio físico nunca debe ser una moneda de cambio por la comida ingerida”, explica.

El enfoque correcto es considerar la alimentación como el combustible necesario para realizar actividad física, y no al revés. Comer de forma equilibrada proporciona la energía esencial para mantener un cuerpo activo, resistente y saludable. La clave es adoptar una perspectiva en la que el deporte y la nutrición trabajen en sinergia, y no como elementos opuestos.

4. Creatividad en la cocina

Una dieta saludable no tiene por qué ser monótona ni aburrida. Para Chang, la clave está en ser creativo con los alimentos que consideramos menos atractivos. Por ejemplo, muchas personas rechazan el brócoli al vapor, pero esto no significa que deba eliminarse del menú.

“Si no te gusta el brócoli cocido, prueba a hacerlo de una manera diferente. Puedes acompañarlo con una salsa que te guste, porque lo importante es disfrutar lo que comes. Comer verduras con placer siempre será mejor que hacerlo por obligación”, señala Melyssa Chang.

Además, incluir variedad de verduras y alimentos saludables en nuestras comidas ayuda a mantener una dieta equilibrada, al mismo tiempo que fomenta el disfrute del proceso de cocinar y comer.

Un enfoque sostenible para una vida saludable

El mensaje principal de Melyssa Chang es que la clave para mantener un peso equilibrado y una buena salud no radica en dietas restrictivas, sino en adoptar hábitos realistas y personalizados. Este enfoque se basa en comprender las necesidades específicas de cada persona, escuchar al cuerpo, mantener una relación positiva con la comida y ser constantes en la práctica de actividades saludables.

Al integrar estos principios en nuestra rutina diaria, podemos dejar atrás la frustración de las dietas fallidas y avanzar hacia un estilo de vida más satisfactorio, sostenible y beneficioso para nuestro bienestar general. Como Chang sugiere, pequeños cambios en nuestros hábitos pueden marcar una gran diferencia a largo plazo.

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