Las ventajas del ejercicio físico en pacientes con cáncer de mama

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El ejercicio físico, no cabe ninguna duda, es beneficioso para la salud. Y es que el mantenernos en forma y evitar coger unos kilos de más disminuye nuestro riesgo de sufrir enfermedades muy graves y potencialmente mortales, caso de las patologías cardiovasculares y de numerosos tipos de cáncer.

Según muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro de Ciencias de la Salud Sunnybrook en Toronto (Canadá), la práctica de ejercicio físico es la medida más importante que pueden adoptar las pacientes diagnosticadas de cáncer de mama para sobrevivir a la enfermedad. 

"De todos los factores de estilo de vida, la actividad física tiene el efecto más contundente sobre el pronóstico de cáncer de mama. No en vano, una ganancia de más de un 10% del peso corporal tras el diagnóstico de cáncer de mama incrementa la mortalidad asociada tanto al tumor como a cualquier otra causa"; comentó Ellen Warner, directora de esta investigación.

"Sin embargo, ya contamos con buenas razones para desalentar a las pacientes sobre la ganancia de peso, incluso moderada, dados los efectos negativos que tiene sobre su estado de ánimo y su imagen corporal", explicó. 

Los resultados mostraron que la ganancia de peso tras el diagnóstico del cáncer de mama o tras la erradicación del tumor con el tratamiento se asocia con un mayor riesgo de deceso. De hecho, las mujeres que presentaban sobrepeso u obesidad tras el diagnóstico tuvieron un peor pronóstico.

Un aspecto a tener muy en cuenta dado que cerca de una cuarta parte de las participantes diagnosticadas en las fases iniciales de la enfermedad acabaron falleciendo como consecuencia de las metástasis tumorales.

De acuerdo con los resultados, ninguno de los tipos de dieta evaluados en los estudios logró reducir el riesgo de recurrencia del tumor. De hecho, lo único que demostraron los estudios es que las pacientes no necesitan evitar la ingesta de soja, así como que la soja podría ayudar a mantener un peso saludable en aquellos casos en que los que se emplee para reemplazar las proteínas de la carne.

Los resultados también sugieren que el consumo moderado de vitamina C también podría ser beneficioso, pues parece resultar útil para mantener unos niveles adecuados de densidad ósea, contrarrestando, por tanto, los efectos de la quimioterapia y de los tratamientos hormonales, que suelen reducir esta densidad.

"La adopción de hábitos saludables puede ser también psicológicamente beneficioso para las pacientes al promover su empoderamiento. Y es que la sensación de pérdida de control es uno de los mayores retos que se plantean con el diagnóstico del cáncer", comentó. 

"Estas recomendaciones no son una panacea para todas las mujeres con cáncer de mama. Y es que algunos tipos de cáncer de mama tienen una biología muy agresiva y acabarán reapareciendo a pesar de la adopción de estilos de vida más meticulosos. No debemos hacer que las pacientes sientan que los cambios inadecuados en el estilo de vida son los responsables de la reaparición de su tumor", explicó.

"Es común que las pacientes reduzcan su nivel de actividad física tras el diagnóstico de un cáncer de mama, por lo que los médicos deben promocionar y alentar la práctica de ejercicio físico en esta población. De hecho, se ha demostrado que las pacientes incrementan sus niveles de actividad por el simple hecho de que sus oncólogos les recomienden realizar más ejercicio", concluyeron. 

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