Linfoma de Hodgkin: todo lo que se sabe sobre este tipo de cáncer linfático
El linfoma de Hodgkin es una forma de cáncer que afecta directamente al sistema linfático, una red de tejidos y órganos esenciales para la función inmunológica del cuerpo. Este sistema incluye los ganglios linfáticos ubicados en zonas como el cuello, las axilas, el pecho, la ingle, el abdomen y la pelvis. La enfermedad se desencadena cuando las células saludables del sistema linfático comienzan a multiplicarse de manera descontrolada.
Aunque los avances médicos en diagnóstico y tratamiento han incrementado las tasas de recuperación para los pacientes, expertos de Clínica Mayo subrayan la importancia de identificar las señales de advertencia de manera temprana. Estas señales pueden confundirse con infecciones comunes, lo que hace crucial la intervención de un especialista.
Causas y tipos de linfoma de Hodgkin
A pesar de los esfuerzos en investigación, los expertos aún no logran determinar una causa exacta para el linfoma de Hodgkin. Según Clínica Mayo, la enfermedad se origina a partir de cambios en el ADN de los linfocitos, las células sanguíneas encargadas de combatir infecciones.
El ADN de las células contiene las instrucciones que regulan sus funciones. Sin embargo, cuando ocurren alteraciones en este material genético, las células comienzan a reproducirse de manera descontrolada y permanecen activas incluso cuando deberían morir de forma natural. Estas células cancerosas atraen a otras células sanas del sistema inmunitario, acumulándose en los ganglios linfáticos y provocando inflamación, uno de los signos más visibles de la enfermedad.
Aunque el linfoma de Hodgkin es el tipo más frecuente, existen otros tipos de linfomas, como:
Linfoma cutáneo de células T
Linfoma cutáneo de linfocitos B
Leucemia linfocítica crónica
Dentro del linfoma de Hodgkin, se reconocen varios subtipos, entre ellos:
Linfoma de Hodgkin con esclerosis nodular
Linfoma con celularidad mixta
Linfoma con agotamiento de linfocitos
Linfoma rico en linfocitos
Factores de riesgo asociados al linfoma de Hodgkin
Ciertos factores incrementan la probabilidad de desarrollar este linfoma. Los especialistas destacan los siguientes:
Edad: El linfoma de Hodgkin se diagnostica con mayor frecuencia en personas entre los 20 y 30 años y nuevamente en mayores de 65 años.
Sexo: Los hombres tienen un riesgo ligeramente más alto que las mujeres.
Antecedentes familiares: Contar con familiares cercanos que han tenido linfoma puede aumentar significativamente las probabilidades de padecerlo.
Infección por VIH: Las personas que viven con el virus de inmunodeficiencia humana presentan un riesgo elevado.
Exposición al virus de Epstein-Barr: Este virus, responsable de la mononucleosis infecciosa, también está relacionado con una mayor incidencia de este linfoma.
Síntomas de alerta del linfoma de Hodgkin
Los signos y síntomas del linfoma de Hodgkin pueden variar, pero hay ciertos indicadores comunes que no deben pasarse por alto. Entre ellos se encuentran:
Inflamación indolora en los ganglios linfáticos del cuello, axilas o ingle.
Fiebre persistente, que no parece estar relacionada con infecciones conocidas.
Cansancio extremo sin causa aparente.
Sudoraciones nocturnas intensas.
Comezón generalizada en la piel.
Pérdida de peso brusca e inexplicada, un síntoma preocupante que debe ser investigado de inmediato.
Identificar los signos iniciales del linfoma de Hodgkin puede marcar la diferencia en su tratamiento. Si notas inflamación en los ganglios linfáticos u otros síntomas mencionados, consulta a un médico sin demora.
Gracias a los avances en diagnóstico y tratamiento, muchos pacientes logran superar la enfermedad con éxito. Sin embargo, la clave sigue siendo actuar a tiempo y contar con la orientación de especialistas que puedan guiarte en el proceso de recuperación.