Los lácteos son el elemento esencial para el crecimiento de los niños
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Las propiedades que convierten a los lácteos en elementos imprescindibles para nuestra dieta
Los lácteos son una fuente de proteínas de origen animal que nos aportan proteínas y aminoácidos esenciales para nuestro organismo, sin los cuales no podríamos desarrollarnos correctamente. Las proteínas son unos macronutrientes fundamentales para la formación de los músculos, de los tejidos y de los huesos; por ello, la ingesta de estas proteínas en edades tempranas es un paso clave para lograr un desarrollo adecuado.
Al ser un elemento tan importante en el crecimiento de los más pequeños, el déficit de los lácteos podría ocasionar graves problemas en la salud de los niños. Si no se consumieran lácteos en edades tempranas de los niños, los niveles de calcio en la sangre caerían por debajo de los valores normales, y esto produciría que el organismo extrajera el calcio de los huesos para mantener los niveles adecuados.
Esto a su vez, ocasionaría que los huesos se terminasen debilitando, formando una masa ósea reducida y dando lugar al padecimiento de enfermedades como la osteopororsis o la osteopenia.
Derivados de los lácteos como una defensa extra contra los elementos patógenos
Desde hace años podemos encontrar una gama, cada vez más amplia, de derivados de los lácteos que además de ayudarnos en nuestro crecimiento nos ayudan a subir nuestra defensas. Un claro ejemplo es el actimel beneficioso para prevenirnos de enfermedades como los constipados.
Pero aunque éste es uno de los productos más conocidos, también hay otros derivados que podemos usar con este propósito. Por ejemplo, con el consumo de los lácteos fermentados, como el yogur o las leches ácidas, nos proporcionaran lactobasilos que ayudarán notablemente a nuestras defensas. Asimismo, también podemos valernos de alimentos como las hortalizas verdes o los cereales, que nos aportarán vitamina E que se traduce en antioxidantes para nuestro cuerpo.
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