La proteína que podría desencadenar los casos más peligrosos de autismo

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Alrededor de un tercio de los casos de autismo podrían ser la consecuencia de un déficit en los niveles de una proteína en el cerebro. Así lo muestra un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Toronto (Canadá) y en el que ha participado el Centro de Regulación Genómica de Barcelona, en el que se observa que la carencia de la proteína nSR100.

De hecho, la nueva investigación sugiere que la elevación de la concentración de esta proteína en el cerebro podría ayudar a corregir algunos de los signos y síntomas característicos de los trastornos del espectro del autismo (TEA).

"En un trabajo previo ya habíamos observado una asociación entre los niveles de la proteína nSR100 y el autismo. Pero ahora hemos visto que los niveles reducidos de esta proteína pueden en realidad ser la causa del trastorno. De hecho, con una disminución de solo un 50% en los niveles de nSR100 ya se observan los signos característicos del comportamiento autista", explicó Sabine Cordes, co-directora de esta investigación.

La proteína nSR100 es un regulador clave en el splicing alternativo que tiene lugar en el cerebro. ¿Qué significa? Es un proceso por el que cual se posibilita la producción de múltiples proteínas con diferentes funciones a partir de un mismo gen. Básicamente, un gen codifica un ARN a partir del cual se produce una proteína.
 
Sin embargo, la secuencia de este ARN puede ser manipulada para dar lugar a distintas proteínas. Así, este ARN puede ser troceado y  pegado de manera diferente, y según sea el resultado final de este proceso de corta-pega, así será la proteína y su función.

En este contexto, los autores ya habían mostrado en un estudio previo que los cerebros de las personas con autismo presentan unos niveles deficientes de proteína nSR100. Tal es así que los investigadores ya plantearon en su momento que el autismo podría esta originado, cuando menos parcialmente por una acumulación de proteínas incorrectamente empalmadas en las células cerebrales.

Pero, ¿esta deficiencia es una simple consecuencia del autismo o, por el contrario, puede ser de hecho la causa del desarrollo de este trastorno? Para responder a esta pregunta, los autores emplearon un modelo animal al que manipularon genéticamente para eliminar el gen que codifica la proteína.

La disminución a la mitad de los niveles normales de nSR100 era suficiente para que aparecieran algunos de los signos y síntomas característicos del autismo, caso de la evitación de las interacciones sociales y de un incremento muy significativo de la sensibilidad al ruido.

Los animales con una ausencia o una deficiencia de la proteína nSR100 también mostraron algunos de las características típicas del autismo en humanos, caso de las alteraciones en las conexiones cerebrales y en el  empalme alternativo de proteínas. Y lo que es más importante, los autores también observaron que los niveles de nSR100 se asocian directamente a la actividad neuronal.

"Si tienes un incremento de la actividad neuronal, lo cual sucede en la muchos de los tipos de autismo, entonces se produce una interrupción del programa de splicing alternativo y se producen los comportamientos típicos del trastorno", comentó Mathieu Quesnel-Vallieres.

"Nuestro modelo animal también puede ser utilizado como campo de pruebas para evaluar moléculas con potencial para revertir la deficiencia de nSR100 en el autismo. Y es que en lugar de centrarnos en las mutaciones individuales ligadas al autismo, la identificación de los centros reguladores como nSR100 resulta mucho más eficaz. En un futuro, con el incremento, aun mínimo, de esta proteína en las personas con autismo podríamos ser capaces de mejorar algunos de los déficits del comportamiento asociados al trastorno", concluyeron. 


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