El remedio para hacer frente al ictus isquémico que dejó sin palabras

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En 2012 el alcohol acabó con un total de 3,3 millones de decesos en todo el mundo, la tercera parte de las mismas causadas por las enfermedades cardiovasculares y la diabetes que provoca su consumo. Se sabe además que abusar del alcohol aumenta, y mucho, el riesgo de desarrollo de numerosas enfermedades potencialmente mortales.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa el consumo de alcohol entre las cinco primeras causas globales de enfermedad, discapacidad y muerte. Por ejemplo, el abuso del alcohol incrementa en gran medida la probabilidad de sufrir un ictus.
 
Los expertos se preguntan qué pasa cuando se consume de forma moderada, caso de dos vasos diarios de vino tinto. En el caso del ictus y según un estudio dirigido por investigadores del Instituto Karolinska en Estocolmo (Suecia), parece que el posible efecto protector frente al ictus isquémico quedaría contrarrestado por un probable mayor riesgo de ictus hemorrágico.

"Este es el primer trabajo que combina los resultados de todos los estudios prospectivos disponibles sobre el consumo de alcohol y el riesgo de sufrir un ictus hemorrágico. Y nuestros hallazgos muestran que el abuso del alcohol se asocia a un riesgo 1,6 veces mayor de sufrir una hemorragia intracerebral y hasta 1,8 veces superior de padecer una hemorragia subaracnoidea", explicó Susanna Larsson, directora de esta investigación. 

"Además, la asociación entre el consumo excesivo de alcohol y estos dos tipos de ictus fue mayor que la observada con el ictus isquémico", comentó. 

El ictus isquémico es la consecuencia de una disminución u obstrucción del flujo sanguíneo en el cerebro. Tal es así que este tipo de accidente cerebrovascular se denominaba anteriormente infarto cerebral. Por su parte, el ictus hemorrágico, otrora conocido como derrame cerebral, se produce por una rotura de un vaso sanguíneo cerebral, habiendo dos subtipos distintos.

Uno de ellos es intracerebral, esto es, cuando la hemorragia se produce dentro del cerebro; y el otro es el subaracnoideo, mucho menos frecuente y en el que la hemorragia tiene lugar en el espacio entre las dos membranas que rodean el cerebro. 

Los resultados mostraron que el consumo excesivo de alcohol se asoció con un incremento del riesgo de todos los tipos de ictus, siendo el aumento más significativo en el caso de los ictus hemorrágicos.

Según sugieren los autores, por el efecto que tiene el alcohol sobre el organismo. Y es que dado que se trata de un estudio de tipo observacional, que no prospectivo, pueden observarse las asociaciones pero no pueden extraerse conclusiones del tipo causa y efecto.

Es más; los resultados también mostraron que el consumo ligero-moderado de alcohol parece disminuir, si bien levemente, el riesgo de ictus isquémico. Un consumo ligero-moderado que, sin embargo, podría no tener ninguna influencia sobre la probabilidad de sufrir un ictus hemorrágico, ya sea intracraneal o subaracnoideo.

"Distintos estudios previos han mostrado una relación entre el consumo de alcohol y menores niveles de fibrinógeno, esto es, una proteína que se encuentra en el organismo y que colabora en la formación de los coágulos sanguíneos", comentó Susanna Larsson

"Y si bien esta relación podría explicar la asociación entre el consumo ligero-moderado de alcohol y el menor riesgo de ictus isquémico, el efecto adverso que induce el alcohol sobre la presión sanguínea, que no olvidemos es un factor de riesgo principal para el ictus, podría aumentar la probabilidad de padecer un ictus hemorrágico, anulando así cualquier beneficio potencial", explicó. 

"No se puede descartar la posibilidad de que las asociaciones entre el consumo ligero-moderado de alcohol y los riesgos de accidente cerebrovascular hayan sido sobrestimadas debido al pequeño tamaño de la muestra de algunos de los estudios analizados", concluyó. 


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