El talón de Aquiles del cáncer más resistente al tratamiento
Compartir en:
Se trata del bloqueo de dos proteínas, denominadas c-Fos y Dusp1, podría ayudar a curar varios tipos de leucemia y cánceres de tumores sólidos impulsados por quinasa resistentes al tratamiento.
"Creemos que dentro de los próximos cinco años, nuestros datos cambiarán la forma en la que la gente piensa sobre el desarrollo del cáncer y la terapia dirigida. Este estudio identifica un potencial talón de Aquiles del cáncer impulsado por quinasa y lo que proponemos está destinado no solo a tratarlo, sino a curarlo", explicó Mohammad Azam, director de esta investigación.
Entre estos cánceres se encuentran la leucemia mieloide aguda (LMA), alimentada por el gen FLT3; los cánceres de pulmón alentados por los genes EGFR y PDGFR; el cáncer de mama impulsado por HER2; y la leucemia mieloide crónica (LMC) activada por BCR-ABL.
El nodo está formado por las proteínas de señalización c-Fos y Dusp1, según los investigadores, que identificaron c-Fos y Dusp1 mediante la realización de análisis de expresión génica global de células de leucemia de ratón y células humanas de LMC donadas por pacientes.
A menudo, las células cancerosas se vuelven adictas al gen mutado que las causa, como BCR-ABL en la leucemia mieloide crónica impulsada por quinasa. La mayoría de las quimioterapias funcionan bloqueando las vías moleculares afectadas por el gen para cerrar el proceso de la enfermedad.
El nuevo estudio, llevado a cabo con modelos de LMC, muestra que la señalización de la tirosina quinasa y las proteínas del factor de crecimiento que apoyan la expansión celular caso de las interleucinas IL3 e IL6– convergen para aumentar dramáticamente los niveles de c-Fos y Dusp1 en las células cancerosas.
Así, y mediante su trabajo en equipo, estas moléculas mantienen la supervivencia de las células madre del cáncer y la enfermedad residual mínima. Las células inactivas esperan para reavivar la enfermedad mediante la adquisición de mutaciones genéticas adicionales después de la quimioterapia inicialmente eficaz.
"Dusp1 y c-Fos apoyan la supervivencia de las células madre del cáncer aumentando el umbral tóxico necesario para matarlas, lo que significa que la quimioterapia convencional con imatinib no eliminará las células madre de la enfermedad residual. Los médicos no pueden simplemente aumentar la dosis de quimioterapia porque no se dirige a las proteínas Dusp1 y c-Fos, que regulan el umbral tóxico", comentó Mohammad Azam.
Concretamente, las combinaciones de tratamiento incluyeron: una terapia individual con el inhibidor de tirosina quinasa, imatinib; tratamiento en solitario con inhibidores de c-Fos y Dusp1; y tratamiento con los tres combinados: imatinib junto con inhibidores moleculares de c-Fos y Dusp1.
El tratamiento con inhibidores de c-Fos y Dusp1 solo retardó significativamente la progresión de la LMC y prolongó la supervivencia en la mayoría de ratones, pero no fue curativo. Sin embargo, el tratamiento durante un mes con los inhibidores de c-Fos y Dusp1 e imatinib curó al 90% de los ratones con LMC, que no prestaron signos de células de enfermedad residual.
Compartir en: