El corazón de los bebés, afectado por la alimentación de las embarazadas
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Como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Wyoming en Laramie (EE.UU.), las gestantes que comen una cantidad menor, aun solo ligeramente, de la adecuada comprometen el desarrollo del corazón de su futuro bebé y, por ende, su salud cardiovascular para toda su vida.
"La salud de las mujeres durante el embarazo tiene una importancia crucial para la salud de sus futuros bebés. La sociedad debe presentar atención a esta situación y mejorar la nutrición de las mujeres antes y durante el embarazo para prevenir estos problemas de salud en los bebés", comento Peter Nathanielsz, co-director de esta investigación.
Los resultados mostraron que los babuinos cuyas madres fueron sometidas a una restricción dietética durante su gestación comían menos. Y lo que es más importante, mostraron una reducción de la capacidad cardiaca típica de la edad.
"Sería como lo que pasa cuando un coche es fabricado con piezas deficientes y siguiendo un mal diseño. Este coche no legaría tan lejos ni tan rápido, ni tampoco duraría tanto, como uno fabricado adecuadamente. De la misma manera, una nutrición maternal deficiente puede aumentar la probabilidad de que los órganos del bebé sean más susceptibles al desarrollo de enfermedades y a un envejecimiento prematuro", explicaron los autores.
Un hallazgo que se suma a las evidencias que constatan que la restricción dietética durante la gestación puede provocar anomalías en la estructura y funcionalidad de los órganos, caso del corazón, del feto en desarrollo.
Es cierto que el estudio se ha llevado a cabo con un modelo animal. Pero también es cierto que esta situación puede igualmente afectar a los seres humanos. No en vano, los autores recuerdan que el grado de restricción dietética maternal que tiene lugar en los babuinos también puede observarse en mujeres en edad reproductiva de los países desarrollados, muy especialmente en el caso aquellas familias que deben esforzarse para llegar a fin de mes.
Pueden contribuir a una menor calidad de vida, a una reducción de la capacidad de ejercicio y a un aumento de la vulnerabilidad a padecer otras enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión arterial. Todo ello sin olvidar que los neonatos tendrán un mayor riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un ictus al alcanzar su edad adulta.
"El conocimiento de los efectos del estrés nutricional maternal sobre el envejecimiento de la descendencia permitirá la adopción de intervenciones precoces para prevenir posibles problemas cardiacos en etapas más avanzadas de la vida", comentó Geoffrey Clarke, co-director de la investigación.
- Ver en Hechos de Hoy: Las mujeres que padecen obesidad dan a luz a bebés más envejecidos
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